(Dibujo: Passofinno)
Nunca digo una verdad, todo lo que escribo es mentira. Mi realidad es muy compleja. Cuando digo que estoy triste, puede ser que este feliz; soy de los que aprendió como Garrick, a reir llorando y viceversa. Yo no soy lo que pienso, ni lo que digo. Yo no soy lo que pienso, lo que digo.Yo solo soy lo que hago, lo que doy.
En mis sueños no mando yo, no soy el dueño de ellos. He comprobado, que al escribir algo va fluyendo sin quererse detener, no entiendo cada palabra -al instante- que acompaña a otras; las frases van llegando como una arquitectura que emerge de una neblina. Mis palabras parecen fantasmas, dueños del espectro que forman. Se que debo hacer cosas que no quiero, que algo o alguién me obliga pero me rebelo; me fastidia que me ordenen, no me gusta obedecer a nadie.
Por ejemplo, en este momento no voy a escribir más y punto...
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