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Mostrando las entradas de 2016

Otro día más sin verte...

(Foto:Passofinno) "Ya, ya no puedo más Ya me es imposible soportar Otro día más sin verte..." Y estás allá Donde el tirano bebe sangre Y se adueña de tus días Para que mis noches sean eternas. Tu voz, ya no escucho Solo el eco del recuerdo Suena en mis pesadillas Y calma la angustia. El desespero se desborda Por las líneas de la paciencia. Como este grito que no escuchas Como estos llantos sin voz... ¡Ya no puedo más! Mi cabeza es un tambor de revólver Las balas están en tu olvido Los disparos en tu adiós. Todo orden es mi caos Los versos sin rima La cordura en mi locura Las palabras sin significado. Otro día más sin verte.

Entre vacíos

 (Foto: Passofinno) Todo se torna vacío. No hay preguntas. Cualquier palabra que escucho es como si no tuviera sonido. Nada me llama la atención, hasta los poetas con sus versos me parecen gallinas culecas, son como un cacareo molesto, como si sus pasados pesaran tanto o más que esté presente donde la pedantería es grotesca y vanidosa, trifásica por lo latosa. Ya no hay escritores que valga la pena leer y  están haciendo quedar  en rídiculo a los antiguos, como si no les hubieran aprendido o entendido nada; casi todos los copian como autómatas, no son originales y se ufanan de sus lineas recicladas que solo son lastres sintácticos sin fuerza, rémoras incrustadas sin duendes, sin demiurgos, sin caballeros andantes con la locura como corona de la cordura.  Lo dulce tiene un sabor amargo, que empalaga, que fastidia. Ya nada de lo que leo o escucho me eriza la piel, ni me hace pensar, ni me anima a intentar cometer poesía. Creo que estoy muerto y mis átomos no se han desprendido p

Otras ganas

(Foto:Passofinno) Más que unas ganas de escrbir, es una imperiosa necesidad de hacerlo, es como la urgencia incontrolable de ir al baño, o de comer, o de hacer el amor, o de dormir. Pero peleo contra esa necesidad, no quiero que me domine, no quiero que me obligue. Mas, definitivamente me vence; aliada con el tiempo apabullan mi pereza intelectual. Busco otras ganas que esten libres de todas estas necesidades, que me hagan sentir la dualidad de amar lo que hago, mientras lo odio por hacerlo. Escribir es bueno cuando tengo a la loca de la casa apoderada de mí, de mi sentir, de mis pensamientos de mis sueños; poque me invita a su juego de palabras, es como si me las dictara a través de un eidilon, y fluyen en medio de mis asombros sin que yo tenga idea de adónde me llevan, simplemente el Panta rei es la nave donde navego con ellas. Hasta ahí es bueno, sin importar el destino que se va creando en medio de los renglones e incluso debajo de ellos. Las entrelíneas casi nadie las le

Arrebato

(Dibujo: Passofinno) Igual, como en mis sueños, siempre pierdo el camino. No hay códigos que valgan, casi todos se caen de los bolsillos, excepto algunos que guardo sin descifrar, por ellos me han cerrado las puertas. En un arrebato, excedí las palabras, dije lo que no debía decir y te hice huir. Quizás, fue la felicidad o la emoción ligera que brotó en mí un torrente de crepúsculos y alboradas, de faunos y hadas, de aquelarres -bailando con almirajes- alrededor de la hoguera de las brujas malvadas... Otro arrebato, que descifraba tus códigos, perdió la clave al entrar en la cerradura de tu puerta. Quiero creer que así pasó, que no pusiste la tranca. Quiero pensar que fue un descuido, como a veces los cometo yo, cuando sin darme cuenta pongo el seguro sabiendo que vendrás. De arrebato en arrebato me vuelvo sincero, y creo que es el miedo el que nos hace cerrar las puertas, devolver los pasos, tapar los oídos, trancar, asegurar, encriptar los códigos. Cometo errores para

Sin aliento

Sin aliento es la consigna. Él, va a la batalla, no hay espada, no hay escudo. Dolor y miedo son sus armas, está en el lugar equivocado, no puede dar marcha atrás... Sangre en los sueños, pesadilla sin final. Reina la cobardía, cabalga el llanto en la fuerza escondida, galopa lento, vuelve y llora. Es un hombre no un guerrero... ¡No más! grita en la oscuridad, lo calla la luz, el resplandor lo asombra. Siempre la mentira adelante, siempre adelante, no te detengas aunque quieras, siempre adelante, sin aliento es la consigna...