Ir al contenido principal

Haz que suene la campana, quiero verme en tus ojos...

(Dibujo: Passofinno)

Era tanto el deseo de verte que no esperé a que hicieran sonar la campana. Yo mismo me escabullí sin que el profesor, ni alguno de los alumnos del salón de clases se percataran de mi salida. Corrí ansioso al lugar del toque, y sin pensarlo dos veces jale el cordón con tanta fuerza que se desprendió el badajo de la campana, cayendo tan estrepitosamente desde el segundo piso que por poco no le reventó en la cabeza al rector. Igual, tan veloz como llegué, huí de ahí; por fortuna nadie se dió cuenta que fue mi amor por ti el que produjo tanto escándalo, y ese solo fue el primero de los muchos que habrían de llegar...
Desde ese día nadie la volvió a tocar, el tilín - tilán que anunciaba la hora del recreo o de la salida, no volvió a sonar. 
Creo que fue cosa de las directivas del colegio, el que resolvieron que sería un peligro volver a instalar el badajo y se pudiera presentar otro accidente donde no se tuviera la misma suerte y pudiese salir alguien herido o quizás -Dios no lo quiera-, muerto. Además, también se especuló mucho con el comentario de que el que produjo ese incidente fue el fantasma de un chico que se había suicidado hace algunos años y era el que casi siempre la tocaba. Otros decían que habían visto el espectro de un antiguo y difunto profesor de filosofía ese día en la tarde, y que era el mismo, que en ese sitio la había instalado. Yo me encargué de regar dos o tres comentarios más, todos infundados con la intención de poder despistar al enemigo, y jamás se enteraran que había sido yo el ectoplasma del campanario. Sin embargo, pienso que todo fue cosa de negligencia, no querían incurrir en gastos y optaron por la vía ligera, y en vez de tílines - tílanes, pusieron a sonar a esas horas debidas, canciones desde un altoparlante.
Para muchos fue mejor, esperaban el principio de la canción para tararear y de inmediato salir cantando a viva voz, otros empezaron a pedir que por favor hicieran sonar tal o cual canción como si se tratara de una emisora de radio musical que les iba a complacer sus peticiones. Hasta hubo un profesor, de esos vivarachos que sacan provecho de todo, que como buen mercader y usurero tuvo la idea de cobrar por cada petición, y se hubiera salido con la suya de ganarse un buen dinero sino le hubieran puesto tatequieto, ya que en menos de lo que canta un gallo tenía tan copada la agenda musical que se escandalizó al saberlo, la misma rectoría, la iglesia de la parroquia que era vecina y socia del colegio, y hasta llegó a oídos de la secretaría de educación que de inmediato dijeron ¡Que no más! ¡Que así no era la cosa! Y empezó una revolución estudiantil de pipiripao, porque ya querían que sonara todo el horario escolar lo que ellos querían escuchar, otra revolución también estalló, la del profesorado que habían encontrado una fuente de beneficios para mejorar sus sueldos con la disculpa que todo era para mejoras del colegio; y entonces, algunos como yo dijimos: que porque no mejor hacían que volviera a sonar la campana y sinsalabín se acababa la huelga y la piedra, pero el Ministerio también se enteró de este caso y tomó cartas en el asunto y ¡Pum! cerró el colegio...
Todos nos fuimos para las casitas a rascarnos las que sabemos, otros y otras a escuchar las canciones que no les complacieron, y los profesores en las afueras del colegio a hacer sancochos al mediodía, a fumar marihuana en las noches, y dormir en las carpas con letreros como puertas que decían: "Estamos en huelga"

Ya puedes ver todo lo que hice por ti, y aún falta más; por favor haz que suene la campana, quiero verme en tus ojos.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Mi Sonrisa

Las sonrisas estaban a la orden del día Eran muy sonoras, desde lejos se escuchaban. Yo buscaba con afán la mía  Por más que intentaba no la encontraba Rebuscaba aquí, allí y allá y nada, No era posible ese encuentro  Le preguntÉ a dos lágrimas Que caminaban cabizbajas Si por casualidad en su camino Habían escuchado algunas carcajadas ... Ninguna de las dos quiso responder Sus voces estaban gastadas Y en sus labios no había fuerza. El llanto se lleva todo Eso lo sé yo de memoria, Hay veces que seca al lagrimal  P.D: Está historia continuará  No sé cuándo  Pero lo hará . Quizás sea Cuando encuentre Mi ánimo o mi sonrisa

¡El Amor!

¡El Amor! ¿Qué es el Amor? Yo podría dar un millón de respuestas y al terminar, dar otro millón mas. Podría también escribir palíndromos eternos sin descanso como un circulo vicioso explicando claramente de adelante hacía atrás, en reversa y viceversa, al derecho y al revés que es el amor; incluso daría de gabela algunas hipótesis con sus teorías; sumaría pentagramas, entelequias  acrósticos y hasta una rayuela para entretenernos mientras razonamos otros conceptos, y a los que quedaran insatisfechos y a disgusto, les encimaría un besito. A veces pienso (lo digo por lo mal pensado que soy), que la verdadera respuesta de ese "bello mal", la tienen guardada en la caja de Pandora aquellos que no creen en el Amor, los que dicen que no existe,  que es un hechizo sin abracadabra, una broma de mal gusto. Yo estoy casi seguro que los insípidos la encontraron y que es tan maravillosa esa respuesta, que se vuelven egoístas y no quieren compartirla con nadie, nos hace

Muerto en vida (I)

Fue muy difícil llegar a esta edad, los hombres en esta tierra mueren jóvenes. Los que logran llegar a viejos lo hacen como sonámbulos, se la pasan hablando solos corroídos por el desencanto, mascullan silencios entrecortados tragando algunas letras de cada palabra. Quieren decir lo que tanto callaron pero aún tienen pena de que los escuchen, quedaron indecisos de por vida, el fracaso fue su sello; son lo "más o menos" de lo que se estira, ese punto medio entre lo caliente y lo frío, una vibración negativa. Otros, son como los samedi, de piel cetrina; parecen alimentarse solo de envidia y sangre; trajeron de su juventud a la vejez una herencia maldita, unos genes que despiertan tarde y si no hacen daño tampoco benefician a nadie; mejor dicho: ¡los unos y los otros están condenados como los jóvenes, nos gano a todos la violencia! Tengo ya algunos años de vida, más de los debido para haber entendido antes como vivir mejor, y menos años para vivirla equivocado o no.