(Foto: Passofinno)
“No Te Calles”
es una expresión que denota una protesta ante una injusticia, ante un insulto,
ante una adversidad, o simplemente un grito de guerra. Es una invitación a no
callar, una locución que interpreta esa necesidad de obtener una respuesta, de
lograr que la razón se imponga sin doblegar a la voluntad. Podríamos decir que
nos incita a la rebelión, nos empuja al cambio, nos alienta con fervor
despertando esa fuerza en la voz, ese poder en la palabra; es la consigna que
implica una orden desde el fondo de la conciencia, es vencer la enfermedad que
nos oprime, es resolver toda calamidad.
“No Te Calles”
está impresa en las canciones contra la censura, se ha reflejado en los críticos
espejos de la poesía, se ha cantado e interpretado como un himno de redención,
de clamor, de libertad…
“No Te calles”
son tres palabras como si fueran una sola con el coraje de muchas. Son más que
un enunciado, son un libro de páginas abiertas, es una línea marcada por el
tiempo, escrita en lo eterno; es una frase que revela la verdad al amor, una
queja al desencanto, un llanto ante la vana ilusión, una alegría ante la
realidad de la fantasía. Es un verso que rima con los puntos suspensivos, que
cabalga en las estrofas luchando contra todo infortunio, es mi señal en la
frente, es mi nombre.
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