Se tejía en pensamientos De puntadas la esperanza La rueca de la ilusión Hilaba fino los sueños. La estupidez de la ansiedad Hería al dedo sin dedal Fue la inadvertida señal De venir dolor y olvido. De fuego bordó los orillos En farfolla lo estamparon A la talla quedó el traje Perfecto fue el disfraz. El arlequín de mil colores Disimula bien las lágrimas... Ya la rueca no hila, La quebré en mil pedazos Como lo hago con este poema: ¡Crash! .
La idea es no callar, sólo se le permite al silencio hacer presencia cuando piensa.