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Mostrando las entradas de noviembre, 2010

Estas ganas de matarme ( II ).

Ese sermón de voz escatológica eliminaba toda razón que quisiera alimentar esperanzas de vida. Cuando las palabras salían de su boca eran tamizadas por el eco, desechando todo color que no tuviera sombra. Tánatos, muy atento a su conversación se las vestía a lo moderno en gótico y de negro; el hijo de la noche era otro testigo mudo de su decisión, le daría el óbolo y sería su compañía hasta la barca de Caronte. Esto fue lo que a ella mas la angustió de él, notó en su voz un tono diferente, un matiz extraño de ultratumba, como si el que hablara fuera un fantasma o una visión en cámara lenta, parecía que alguien del mas allá le dictaba las palabras, pero se resistió a decirle nada, le echó candado a su boca y la selló con sus dedos en cruz como si estuviera haciendo un juramento de sangre. No le quiso debatir sus argumentos, era su amiga y lo seguiría siendo `ad vitam aetérnam ´, así el por su efervescencia creyera lo contrario. Lo mejor era seguir escuchando a que se des

Estas ganas de matarme .( I ).

Le dieron ganas de suicidarse, asi  le contó a su mejor amiga. No es la primera vez que se lo dice (Desde que se conocen , y de eso hace ya muchos años), lo ha dicho un montón de veces; pero esta vez, ella empezó a preocuparse fuera de lo normal; mas, lo disimuló muy bien delante de él. Hizo como las últimas veces : se quedó callada,  mirando -como si no lo viera- y  haciendo un belfo con uno de sus labios. El siguió hablando, o mas bien rumiando sus desgracias y tristezas; se notaba lo harto que estaba de todo y de todos, hasta de ella misma. Le reprochó su frialdad que le ganaba a la de él, le dijo sin groserías ni mala educación que el ya no creía en ella, que sentía que su amistad estaba gastada y que ni el ni ella habían hecho nada para repararla, que incluso estaba seguro que no habían repuestos para cambiar los que mal en ellos estaban. ¡Bla, bla, bla, bla, bla, bla...............! Esa noche el habló sin parar y de los dos , él , es el que menos habla, pero esa n

Tenemos días....( III).

(Foto: Passofinno) Tenemos días donde al amor no se le olvida y también se le odia, lo mejor de él está en `stand by´ queriendo caer por la borda o esperando el golpe final; mientras duda, a la vez sueña que su ilusión trepa como enredaderas hacía el balcón de Julieta. Al revolver una pócima, priado la dualidad busca una respuesta que solo puede estar en el tambor de un revólver. El amor congela igual como los besos que no se dan y tiene el poder de revivir a los muertos con un guiño. De verdad que en días como estos el amor estorba, odiarlo es mejor alimento, así podemos sin escrúpulos, decir cosas que aflojen los bultos donde se acumulan los arrepentimientos haciéndolos rodar por todos los rincones de su geografía. El perdón no existe donde el día gime y su mejor color se lo han puesto las sombras. Tenemos días que quieren decir cosas; quizás, en forma de lamento, exultación, grito, ira o canción ¡ pero decirlas !esa es la consigna, así sea haciendo el amor

Tenemos días... (II)

(Foto: Passofinno) Magister dixit: "Cada día trae su propio afán" (Aforismo, que alguna vez un sabio plantó en la memoria genética de los desesperados), pero esta clase de días, cuándo llegan los traen todos juntos, si se trata de atormentar no son avaros. Unos afanes, vienen encadenados, cansados, con la lengua afuera, lo han probado todo para lograr su libertad, sus esfuerzos son diuturnos -`beri-beri´-yo los llamo. Otros, llegan despacito, dando tumbos o a saltitos como arrancando pétalos a las flores con el índice y el pulgar, perdieron su seguridad, la jugaron a los gallos. Los afanes que uno cree que son menos , son mas . Por sus nubes negras se asoman a montones casi todos disfrazados de demonios. Siempre tratan de acomodarse en los minutos, se adueñan de los segundos, su ataque es preciso, parecen un reloj Suizo. Son los mas estúpidos pero lo ignoran o se hacen los locos, deberían gastar su tiempo en ahorcar fantasmas u orinando espejos cromados, y no 

Tenemos días... ( I )

(Foto: Passofinno ) Tenemos días con ganas a decir cosas, escupirlas de adentro, vomitarlas  Despegarlas de la garganta como fuego de dragón, que ardan en llamas las letras de cada palabra. Hay días, así, que se enroscan por las nubes como serpientes de cascabel y en un batir mítico de alas se tranzan en estío. Lloran después al primer descuido cuándo un golpe del viento, trasforma sus lagrimas en gotas de lluvia por cada invierno . Días, que parecen comenzar sin un final, donde el tiempo juega al gato y al ratón con la eternidad. Hoy, es uno de esos días que debo picar, inyectar veneno, quemar como brasas de herrero, dar de beber el tósigo, alimentar la fragua . Tenemos días desprovisto de abrazos donde los besos se han cancelado y se alargan las distancias , lo único corto es el incierto momento que se toma la esperanza para no llegar, para hacer piruetas en sus recovecos, tornarse en escurridiza. Esos días tienen fecha de vencimiento pero los superviso