Tengo todo lo que me falta, igual a como cuando el
viento no sopla o el calor quema un alma que nada siente.
Hay una corriente en mí que como El Panta Rei fluye
a la inversa, sin curso, sin aguas, sin fuerza; todo lo cambia en su ley.
Mi arma más letal es la navaja de Ockham, desbasta
cada horizonte de mi destino, no hay libre albedrío son solo emociones.
He escogido para decorar mi conciencia varios
colores, entre ellos el del vuelo del colibrí, el de las vibraciones de las alambradas, y el matiz de los besos furtivos.
De las formas solo vislumbro las invisibles, de las
grietas que se abren a los gritos de la tierra, percibo otro mal; los límites solo existen en los sueños que nunca tuve.
Para la sed de cualquier dios solo hay sal, pimienta y ron; el Universo se expande de su pequeñez, es insaciable.
Para la sed de cualquier dios solo hay sal, pimienta y ron; el Universo se expande de su pequeñez, es insaciable.
Mis pies caminan cuando no tienen los pasos que no
se han gastado, igual cuando mi voz habla con palabras que no se han creado,
así de sencillo es lo complejo; todo lo mío es complicado.
La ilusión, la fantasía son la realidad de la
mentira; la imaginación es la voluntad de la muerte y la vida.
Así vive mi mente en un cuerpo silente que se mueve
cuando la mar está en calma.
El cuerpo y la mente son sanos y sabios, los
enfermos y brutos somos los que los habitamos.
Así somos los sapiens, destruimos para construir,
cuando lo queremos todo acabamos con los demás; lo malo hecho es por el bien de
la humanidad.
De abigarrado discurso, incómodo, molesto, son los
espíritus de las épocas: sus líneas del tiempo, son el fungicida que controla
el sobrepeso del planeta.
Silencio, vibración de lo eterno, soplo Divino. Oxímoron
es la consigna.
Hay una voz que no se escucha y todo lo ordena, hay
una fuerza que la condena pero se castiga, retrocede ante el poder que la
detiene.
Hay cosas que no sé decir y las entiendo, son un calambur
de miserias en el salón de las vanidades, donde todos bailamos con la más fea
mientras las bonitas sacian su curiosidad.
No escucho nada cuando todos gritan, el ruido
ensordece mi ignorancia y la poca inteligencia duerme cuando los susurros abren
los ojos en la luz de la oscuridad.
Ustedes y yo somos lo que no fuimos, pero volveremos
a ser cuando ya no seamos. Energía, Nada, eso es Todo.
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