No soy yo el que escribe, si el que escribe fuera yo, no hubieran letras de escape ni palabras rompe cráneos las hojas del cuaderno estarían en blanco, serían hojas sueltas formando avioncitos y barquitos de papel. El que escribe es un impostor, se cree y lo sabe que es dueño y señor de las almas ajenas; tiene el poder de Dios, sabe crear de la nada seres raros y extraños ligados a su antojo. Siendo el realismo mágico su Reino, hace de la ficción realidad y de la realidad una caricatura. El que escribe es un genio que se escapa una y otra vez cada segundo que destapan una coca-cola. Es atemporal en las épocas, lo mismo le da vivir en una lámpara que en una botella. El que escribe es un ladrón, roba identidades como deshojando margaritas, destroza en versos a la voluntad, ajusta las acciones en su tiempo y dibuja geografías con un pincel fino de medio pelo. El que escribe se apoderó de mis manos y acomodó en ellas su voz... no soy yo el que escribe...
La idea es no callar, sólo se le permite al silencio hacer presencia cuando piensa.