De la noche a la mañana se hizo millonario, todo se le fue dando como por arte de su bonhomía, pero lo más extraño es que esta nueva riqueza que llegaba a su pobreza lo cambio todo: Su carácter jovial, sus formas educadas de decir y hacer las cosas, su noble pensamiento, sus generosos gestos; el imperioso afán por compartir se fue perdiendo con el nuevo cambio de vida.
-¡Lo perdimos!- Decían los que lo conocían cuando lo veían transitar por las calles en sus lujosos autos. No miraba a nadie. Su mirada al frente del parabrisas solo se concentraba en el horizonte, incluso no utilizaba el retrovisor porque era como observar el pasado. Todo lo que le recordara o se asimilara con la palabra "pretérito" lo detestaba. Aprendió a odiar muy rápido con los muchos centavos que ahora sumaban sus millones.
Escondió sus ojos tras unas gafas oscuras, ya las joyas que usaba en sus manos no le causaban alergia, como aquel carranchil que se le despertó cuando en la mano izquierda estrenó su primer reloj, la esclava de oropel en la derecha y la cadena de oro golfi con crucifijo y todo que pendió del cuello. Desde el día que vio como su piel producía velozmente un exantema, juró no volver a usar joya alguna y menos aún bisutería barata que lo hiciera aparentar como un camaján o un montañero de pueblo. Él era un hombre serio y no necesitaría de tanta pendejada para demostrarse a si mismo quien era...
Pero, en esta vida, de la noche a la mañana el mundo gira y gira. Lo que hoy pensamos, al día siguiente se olvida o con los años se acentúa para coger fuerza al primer giro que se le presenta, y sale volando como pepa de guama todo ideal que se cultiva en el orgullo, en la prepotencia o en la ignorancia. Nada es eterno aunque creamos que sí, y el destino tiene siempre planes que desconocemos.
Se le arraigó el odio hacia los pobres, para él ya no eran dignos de consideración, solo representaban la pobreza que genera la pereza. -¡Hay que meterles un taco por el culo para que se muevan, tienen que trabajar caminando y miando para que no hagan charcos, nada de contemplaciones con tanto hifueputa hambriento que todo lo quieren regalado, esa manada de zarrapastrosos viven con la mano extendida, no se puede ser caritativo con ellos porque de inmediato lo cogen a uno de mingo todos esos cabrones!- Eso fue haciéndose su discurso, las palabras de desprecio estaban siempre a la orden de la mañana, tarde y noche. Los códigos lo hacían más fuerte y a la vez más odiado, el temor que infundía era su cómplice, no le fue difícil tener pronto una recua humana a su servicio, tan dócil como un elefante domado que le pueden amarrar una pata con un lazo en cualquier rama. Un ejército de esclavos dominados por el miedo y las necesidades le obedecían antes de dar las órdenes, adquirieron una telepatía que envidiaría cualquier agencia de espionaje e informática.. Este hombre, que se volvió rico de la noche a la mañana, recomenzó a cambiar todo alrededor de su espacio, Olvidando cada uno de sus ideales, los mismos que soñó realizar algún día cuando fuera millonario.
Definitivamente esto de ser rico es para los pobres.
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