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Mostrando las entradas de 2017

Haz que suene la campana, quiero verme en tus ojos...

(Dibujo: Passofinno) Era tanto el deseo de verte que no esperé a que hicieran sonar la campana. Yo mismo me escabullí sin que el profesor, ni alguno de los alumnos del salón de clases se percataran de mi salida. Corrí ansioso al lugar del toque, y sin pensarlo dos veces jale el cordón con tanta fuerza que se desprendió el badajo de la campana, cayendo tan estrepitosamente desde el segundo piso que por poco no le reventó en la cabeza al rector. Igual, tan veloz como llegué, huí de ahí; por fortuna nadie se dió cuenta que fue mi amor por ti el que produjo tanto escándalo, y ese solo fue el primero de los muchos que habrían de llegar... Desde ese día nadie la volvió a tocar, el tilín - tilán que anunciaba la hora del recreo o de la salida, no volvió a sonar.  Creo que fue cosa de las directivas del colegio, el que resolvieron que sería un peligro volver a instalar el badajo y se pudiera presentar otro accidente donde no se tuviera la misma suerte y pudiese salir alguien herido

Por favor, dile que no

(Foto: Passofinno) De mi parte se lo puedes decir. No es bueno que sigamos así. Ni tú ni ella ni yo nacimos para vivir con esas dudas. Estoy seguro que encontraremos cada uno el camino que nos corresponde, aún estamos jóvenes y esto solo debe ser el final de un comienzo, de algo que va llegando a medida que se vive. No sé tú, pero yo estoy decidido a que esto termine, ya no puedo más con esta zozobra. A ti te amo demasiado, por ella siento un amor igual. Eso no es posible dicen los sabios del amor, pero conmigo se están equivocando, y por lo que he escuchado y hasta hace poco he ido entendiendo es que tú y ella están pasando por esa misma circunstancia. Tú, también sientes una gran atracción por nuestro amigo en común, y a ella se le nota en la mirada y en la voz que le tiembla cuando habla contigo, sus ojos pierden el norte y el sur cuando te ven, le es imposible disimular esos suspiros cuando estás cerca. La situación es esta: Ella está enamorada de ti y de mí. A mí me ha dich

El sábado en la noche

(Dibujo: Passofinno) Siempre son la mismas palabras, todas hablan del sol de la luna, de los vientos, del mar o las estrellas. Todas están curtidas por el tiempo, la pátina se ha cansado de pintarlas, parecen desgarbadas, su sonido ya no es igual es atonal, de ecos vacíos, porosos con zumbidos que al leer resecan la boca y rajan los labios. Palabras gastadas que se acomodan como los zapatos viejos que ya no tienen suelas y se les entran las aguas y las piedras, toda la arena al caminar porque están rotas, como están rotos los sentimientos, los corazones que laten de ira, sin más emociones que su odio y su envidia. Hay que empezar a hablar con la lengua afuera como lo hacen los perros cuando tienen sed, cuando dicen que están cansados, que no los jodan más. Hay que empezar a hablar como lo hacen los gatos, con maullidos, y ronroneos cuando están enamorados, todo lo quieren ya y se les da. Hay que empezar a hablar como lo hacen los ruiseñores que cuando trinan sus cantos en la ma

No estás viejo

(Foto: Passofinno) Ella llegó contando los pasos como si se le fueran a acabar. Levantó la cabeza antes de tocar el ding - dong. Dudó unos instantes, había pasado tanto tiempo desde la última vez en que lo había hecho sonar, que pensó mejor en retroceder y no tocar. Recordó ese día anterior como si fuera hoy, era octubre, noche de Halloween por cierto, estaba recién pintada la puerta de negro mate, olía a esmalte, y con el primer toc - toc se impregnó los nudillos de pintura, esa fue la causa para que él comprara e instalara un timbre en la jamba, un día después. -¿Quién es?- Se oyó una voz masculina desde el interior -¡Soy yo, la Mano Negra!- Contestó ella desde su memoria Él aceleró los pasos tan rápidos como los latidos de su corazón, era ella con esa voz coqueta e irreverente y tan aguda como su inteligencia. Volvió a dudar en tocar el timbre o en seguir recordando ese momento cuando él abrió la puerta y su disfraz de Arlequín sonreía en sus ojos de Gatubela. Fue un encu

Otras revelaciones

(Dibujos: Passofinno) Ellos son los imprudentes, son los que revelan todos los secretos. Ellos saben que conmigo no deben contar cuando se desbordan en relatos imaginarios, que me disgusta plasmar sus experiencias.  Un día me convencieron de ser su amanuense, fue cuando les escribí "Las Revelaciones de un Alter Ego Detestable" y hoy tratan de persuadirme de que debo hacer la segunda parte. Les he dicho que no, aunque ignoran que estoy por terminarla. Prefiero que piensen que no lo voy a hacer... De pronto pueden pensar que soy muy egoísta y muy mal compañero de viaje, sin embargo lo que pasa es que los que pueden leer esos textos van a creer que son mis hechos, y yo con mis secretos soy demasiado reservado, no los comparto con nadie, en eso soy irreductible, quien viva en mis historias está sepultada con ellas y conmigo, soy una tumba perdida en una dimensión tan desconocida que no es la cuarta ni la quinta, ni está dividida en ningún mundo fractal. Les he

Cuando casi te olvidaba

Oye tú,  Sí, tú La que ahora me lee después de tanto tiempo;  Sabías qué:  ¿Mi cielo está donde estás tú?...  ¿Por qué entonces me arrojas al infierno? Hoy no quiero dibujos,  No hay imágenes que pinten las frases. Hay un vídeo, una canción como tantas otras, Como todas aquellas melodías Que han llegado a las lejanías, Para ti, para mí, Para nuestras soledades. Pasan los días, pasa el tiempo Y cuando casi te olvidaba Ya no sé cómo hacerlo. Todo lo he intentado, Todo me ha fallado. La realidad es que,  En verdad... Olvidarte no puedo.

Ahí va

(Dibujo: Passofinno) Ahí va Camina sin mirar hacia atrás Ella sabe que mis ojos Están clavados a su espalda. Aligera sus pasos Intenta correr. Huir como siempre  Es un veloz deseo. ¡Detente! Le grita mi ansiedad, Ella no quiere escuchar Las voces de mi silencio, Tiene el miedo escondido Donde el mío no prueba su valor. Mi amor y su amor No son compatibles con la realidad Ellos solo pueden amarse Donde las estrellas se hacen fantasía,  Donde la verdad juega su mejor mentira...

Hoy habrá un suicidio

(Dibujo: Passofinno) Siempre se preguntó el porqué los escritores se suicidaban tanto. No encontraba una lógica que justificara ese acto de inmolación. Aunque a él, la idea lo acompañaba como un designio, pero sabía que le faltaba valor o cobardía para hacerlo. Hay situaciones que inducen a ese hecho. Lo había experimentado en el pensamiento y en uno que otro arrebato de ira o de profunda nostalgia. La tristeza era el Numen para adquirir de lo sublime la valentía que buscaba en lo absurdo, mas el valor se alejaba en cada intento confundiéndose entre el coraje y el temor. Lo más cerca que estuvo de quitarse la vida, fue el día en que se sintió traicionado por un ideal que le plantó el amor en su tonta razón: Ensayó ahorcarse con un lazo, pero se enredó con el nudo que ni apretaba ni aflojaba al entrar en su cabeza. Eso fue en horas de la mañana, en el árbol de mango que aún está en el solar de su casa. Por la tarde quiso cortase las venas, pero el pánico que le produjo la cuch

Tú y yo

(Dibujo: Passofinno) Tú y yo, nubes negras, desatando lágrimas como lluvias de cielo gris. Llegamos llorando huérfanos sin nadie  para amarnos entre el odio y la pasión. De pobreza y esperanza, de miseria e ilusión son las raíces aferradas al ser como la mala hierba. Tú y yo, al abrigo en rebaño ajeno, de abrazos y besos y heridas en la espalda. Aún estamos aquí sin ser el ave Fénix que renace en cenizas porque el viento en contra se llevó su fuego. Tú y yo que somos dos en uno sumando tres para ser diez, las únicas matemáticas que son exactas, pues nacen del vástago que al sumar cinco no se equivoca. Ahí estás, con el ceño fruncido donde la ira dibuja las líneas de la angustia. Ahí estoy yo como si fuera un bonsái que solo florece de impotencia. Tú me amas como yo te amo, pretendiendo querer entre buenos recuerdos e imposibles olvidos.  Tú eres polo a tierra no quieres volar, las alas son para las aves que siempre se alejan y cuando regresan vuelven y se van... Yo so

Llegan lentos

(Foto: Passofinno) Son sus pasos, llegan lentos, trae en ellos la misma duda que le embarga; toca a la puerta, prefiere el ¡toc - toc! al ¡ding - dong!, sus manos tienen el afán que le negó a sus pasos. Yo no tengo dudas, sé que me dirá y sé que hablará de aquellas cosas que fueron y ya no serán. Escucharé en silencio porque mi voz tendrá enredadas las palabras. Se acabará su duda y empezará la mía con un ¿por qué? No sabré que hacer con las lágrimas si esconderlas y negarlas o ahogarme en ellas cuando no me vea. No sabré que hacer con la vida si andar como un fantasma o enloquecer en pesadillas. No toques a la puerta, retrocedan tus pasos; mira como regreso al pasado y no cometo el pecado que me arranca de tu vida.

De la noche a la mañana

 (Dibujo:Passofinno) De la noche a la mañana se hizo millonario, todo se le fue dando como por arte de su bonhomía, pero lo más extraño es que esta nueva riqueza que llegaba a su pobreza lo cambio todo: Su carácter jovial, sus formas educadas de decir y hacer las cosas, su noble pensamiento, sus generosos gestos ; el imperioso afán por compartir se fue perdiendo con el nuevo cambio de vida. -¡Lo perdimos!- Decían los que lo conocían cuando lo veían transitar por las calles en sus lujosos autos. No miraba a nadie. Su mirada al frente del parabrisas solo se concentraba en el horizonte, incluso no utilizaba el retrovisor porque era como observar el pasado. Todo lo que le recordara o se asimilara con la palabra "pretérito" lo detestaba. Aprendió a odiar muy rápido con los muchos centavos que ahora sumaban sus millones. Escondió sus ojos tras unas gafas oscuras, ya las joyas que usaba en sus manos no le causaban alergia, como aquel carranchil que se le despertó cu

Sucedió anoche

 (Dibujo: Passofinno) Anoche, mientras dormía, tuve una extraña sensación. No puedo descifrar con claridad si fue que desperté o aún seguía dormido y soñando. Lo cierto es que abrí los ojos y el día estaba entre oscuro y claro, intentaba amanecer, pero los rayos del sol no llegaban hasta mi cuarto, se detenían escondidos en algún horizonte. Sentí, al levantarme, un cosquilleo por mi cuerpo, parecía desprenderse algo. Empecé a caminar hacia la ventana entreabierta, y logré ver como el cielo y las estrellas -que se apagaban y se encendían sin descanso- se acercaban como si fueran cocuyos iluminando la parte oscura que el sol no lograba resplandecer. No podía creer lo que estaba viendo, donde estaba era de noche y hacia donde miraba era de día... Mire a la cama y me vi durmiendo, parecía flotar por encima de mi propio cuerpo. Intenté tocarme, pero mis manos traspasaban mi piel, era como si fuera un fantasma o estuviera en una especie de viaje astral. Antes que tener miedo,

El reloj de arena

(Dibujo: Passofinno) "Ya no es de noche y aún no es de día" Así comenzó ese día, como un verso de Borges... Tenía algo distinto a los demás, lo bizarro y disfuncional marcó cada segundo como si fuera un producto terminado en alguna factoría. Ellos estaban perfectos, el defecto estaba en el empaque. Al amanecer, ningún galló cantó, y a Freya se le olvidó rociar con su brisa la mañana. Amagó la  lluvia por un instante, pero el sol empujó bruscamente las nubes negras apartándolas más allá del horizonte. El día siguió claro hasta su mitad, pero las horas lentas fue lo mas raro, no tenían afán de partirlo en dos. Yo nunca me programo, y no me comprometo con nada ni con nadie pero sé muy bien que somos esclavos del tiempo y, por más  planes que se hagan, el plan de Dios o del destino o del que así los hace, nos tiene -se quiera o no- planillados. Leimotiv debe llamarse esa maroma del sino, hados malignos o begninos, es lo que hay que comprobar. ¿Qué tiene el tiempo que

Carambolo

(Dibujo: Passofinno) Era un ábrete Sésamo en todo su esplendor, con solo mirar, la imaginación jugaba al conquistador: Una pluma de avestruz con sus barbas de igual tamaño, en filigrana de oro con un diamante azul como plumilla en el cálamo, y en el raquis escrito el nombre de Maat. Una jarra de alabastro con las vísceras y los órganos de un antiguo difunto, su color pálido muerto seguía intacto. Un pabellón de electro en miniatura, que al tocar hace sonar misteriosamente los acordes de una sambuca. Dos brazaletes dorados con incrustaciones de turquesa que forman una espiral con cabeza y cola de cobra. Una cadena doble de oro rosado, con cierre decorado en esmeraldas y ocho sellos giratorios que la ciñen. Un escarabeo que lleva en su laspislázuli un pedacito de cielo. Siete perlas negras, matizadas con el brillo tenue del inframundo, fijas en el centro de un ostracon tallado en piedra caliza de Tura. Un gato egipcio, frontal policromado, labrado simétricamente en basalt